La comunicación es básica para el entendimiento y convivencia, tanto con seres de la misma especie como con especies distintas. Asegura la capacidad de supervivencia, reproducción, territorialidad, defensa de las crías, alimentación, etc., así como las relaciones inter o intraespecíficas para su propio beneficio.
Los gatos se han ido domesticando, ya que su naturaleza es salvaje. Los cambios inducidos por la domesticación en el comportamiento social hicieron que los gatos desarrollaran señales de comunicación que les permitieran vivir en grupo. Así, se ha comprobado que donde existe un gran recurso de alimentación, son capaces de vivir en grupos.
Entonces, como cualquier ser vivo, los gatos tienen su sistema de comunicación, que podría considerarse variado, puesto que combinan la comunicación ancestral de la propia especie y la adaptada con el proceso de domesticación por el ser humano.
Comunicación visual
SALUDO:
Cuando un gato se acerca con la cola vertical y la postura corporal alzada extendiendo las extremidades posteriores. Primero frota suavemente la nariz y después frota la cabeza, incluso el cuerpo (de paso nos dejan su señal olfativa: las feromonas faciales). Muestra su cuerpo relajado, a veces cierran incluso los ojos en señal de confianza. Tenemos luz verde para acariciarlos, acercando primero nuestra mano para que nos huelan y den su aprobación.
JUEGO:
Con la invitación al juego, los gatitos suelen abrir parcialmente la boca al principio y después se dejan caer boca arriba y las cuatro extremidades en el aire (aunque hay una gran variedad de señales que incitan al juego).
Un gato puede arañar y morder jugando o por agresividad. ¿Cómo diferenciar? Entre otras cosas leyendo su postura corporal y atendiendo al entorno.
SEÑALES PARA QUE EL OTRO SE ALEJE:
Señales para que el otro se aleje, como señales de agresividad o de miedo, les sirven para aumentar las distancias.
Las señales de amenaza se podrían reconocer por las orejas retraídas hacia los lados y hacia atrás, boca abierta enseñando los dientes acompañado de un resoplido, ojos bien abiertos, piloerección por parecer más grandes, o incluso caminar de lado totalmente encorvado y soplado (depende si es agresividad ofensiva o defensiva). A veces va acompañado de vocalizaciones, intentos de arañazos, etc.
Si tiene miedo, querrá parecer más pequeño. En caso de que no pueda escapar (suele ser su primera opción), se agachan, cabeza baja, patas delanteras debajo de la cabeza, pupilas dilatadas, orejas hacia atrás, etc. En algunos casos, si el gato siente que no le está funcionando sus señales, y no tiene otra opción, podría pasar a la fase de ataque en cualquier momento.
Nuestra recomendación…
En el Hospital Veterinari Santa Susanna disponemos de especialistas en etología, que podrán ayudarte a comprender las señales de tus gatos y mejorar la convivencia.
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